Virando por Karlstad

El frío ya empieza a apretar, la chaqueta y por la noche la bufanda se hacen imprescindibles. Las fiestas aquí son constantes, llegan a cansar y también los estudios. Las clases son muy pocas y el alumno es el que debe de preocuparse por hacer trabajos y leer libros para su aprendizaje. En Suecia, los perros se dejan sueltos por la calle, los niños pequeños andan sin peligro por doquier y las bolsas, bicicletas, etc..., se dejan en cualquier sitio sin miedo a que nadie las robe.
Lo que peor llevo: el ritmo de vida sueca. Se levantan a las 6 a las 12 ya almuerzan y a las 6 de la tarde ya están cenando. Solo hacen una comida caliente al día y las demás veces comen muchos bollos de repostería y coofelatte.... Café con leche que no es más que agua que sabe a café con una gota de café. No hay pan como en España, mucho pan de molde con sabor y pepitas de cosas y eso...
También hay pan de sabor, dulce pero no como el de España aunque puedes comprarlo en masa y hacerlo al horno que es lo que yo hago. JEJEJE.
Hemos conocido a un chico peruano, José Guerra, que nos ha contado una historia alucinante, la de su vida. Desde los 15 virando por el mundo. Un hurra por Guerra.
El inglés, cada vez más fácil. Lo demás estupendo, la comida un poco mala, o muy sosa o con muchos condimentos y los suecos más sosos que tó! jejeje

Esta foto es de una de las muchas fiestas en la sala Arena con Ainara, la chica vasca y Balazs, el húngaro. Un gran tipo.